Marcelo Lagos: El geógrafo apasionado por los tsunamis que cautivó a los televidentes
Oriundo de Arica y surfista es este académico e investigador capaz de hacer entender hasta el menos letrado la complejidad de los maremotos. Sus didácticas explicaciones de la catástrofe que afectó a Japón, en la maratónica transmisión de TVN, tuvieron un efecto mediático y hoy el profesional recibe diariamente cerca de 200 mails de chilenos y extranjeros que le agradecen sus intervenciones.
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Cristian Fuentes
Desde tempranas horas del 11 de marzo pasado y hasta la madrugada de la jornada siguiente el geógrafo Marcelo Lagos (38) estuvo en Televisión Nacional –en la transmisión especial sobre el terremoto 8,9 Richter que afectó a Japón- detallando las dimensiones del sismo, sus consecuencias y la posterior llegada del tsunami a Isla de Pascua y las costas chilenas.
Fueron precisamente esas didácticas explicaciones, dirigidas al ciudadano común, las que tuvieron un efecto mediático y lo hicieron famoso, algo que lo ha sorprendido "muchísimo", reconoce. Diariamente recibe cerca de 200 mails de chilenos y extranjeros que le hacen preguntas y le agradecen por sus claras intervenciones que les permitieron entender complejos eventos. Pero también le llegan piropos de admiradoras, dice con un poco de timidez. "En la universidad tuvieron que ampliarme mi cuenta de correo electrónico, porque no daba abasto con los mensajes. Me gustaría decirle a la gente que quisiera contestar todos los mails, pero a veces no me queda tiempo".
Marcelo Lagos nació en Arica y durante varios años practicó surfismo. "Ahora soy un surfista de corazón, pero cada vez que tengo oportunidad me meto al mar", añade. A los 18 años se trasladó a Santiago a estudiar Geografía en la Universidad Católica y se quedó trabajando en esta casa de estudios superiores donde actualmente es académico y se dedica a la investigación. No le gusta hablar de su vida privada y cuando le preguntamos por su estado civil guarda silencio.
De lo que sí habla, con mucha pasión, es de su trabajo y de los tsunamis, a los que le sigue la pista desde hace años. "Soy muy feliz", remarca cuando analiza lo que ha significado para él ser geógrafo.
Desde mediados de los años 90 comenzó a investigar los maremotos, centrado en la interacción entre el hombre y el medio. Se explaya sobre su labor: "Abordo esta problemática desde distintas disciplinas: bajo la óptica de la modelación numérica, del comportamiento de las olas, de cómo estas ondas impactan el borde costero, de cómo se pueden ordenar los territorios y hacerlos más resistentes a estos fenómenos. Me preocupa la percepción de las comunidades costeras sobre este peligro. Me inquieta cómo podemos diseñar ciudades que sean capaces de soportar este tipo de amenazas que son permanentes para las costas chilenas", detalla.
- ¿Qué le ha parecido estar tan mediático?
- En un 75% los mensajes que recibo son de agradecimiento. La gente me dice "gracias, por hacerme sentir que no soy un tonto o gracias por explicar tan bien". Me escriben monjas, empresarios, jubilados, jóvenes, estudiantes, profesores. Para mí esto es delicado, porque independientemente que los tsunamis convoquen o tengan rating, no es mi interés sobreexponerme.
- ¿Cómo logra explicar en lenguaje sencillo materias técnicas y complicadas?
- Todo buen profesor puede explicar cosas difíciles de forma fácil. Soy un convencido que no existe nada complicado. Si quieres ser físico, astrónomo, etc. todo lo puedes lograr. La única condición es que tengas a alguien que te pueda enseñar de forma fácil. Soy profesor desde hace 15 años y eso ha fortalecido mi capacidad de transmitir información.
- ¿Siempre quiso ser geógrafo?
- Quería estudiar algo vinculado con las geociencias. Rayaba con la geografía, con los atlas, con conocer China, con las culturas. Nadie nos enseña lo que es la geografía, por lo tanto esta carrera no es muy conocida. Siento que tomé la mejor decisión de mi vida y me declaro un hombre muy feliz.
- ¿ Le han ofrecido algún proyecto en la TV?
- Estamos en conversaciones, me están proponiendo cosas, pero deseo evitar la sobreexposición. Hay una necesidad de saber estas cosas y los medios valoran lo que hago en buena onda. En el sentido de que logro transmitir conocimientos. Todavía no hay nada concreto, pero si puedo tener un espacio que me permita hablar de geociencias, y esto contribuye que la gente se eduque más, lo voy a hacer.
"NUNCA DUDÉ QUE ERA UN TSUNAMI"
- ¿Dónde lo sorprendió el terremoto del 27 de febrero del año pasado?
- Había regresado recién a Santiago, procedente del río Pudeto donde realice trabajos de terreno. Buscaba evidencias del maremoto de 1837. En el momento del terremoto estaba despierto, conectado a Internet.
- Supo entonces inmediatamente que las costas chilenas serían afectadas por un tsunami.
- Sin tener ningún antecedente, con la luz cortada y sin Internet, sólo a raíz del movimiento tan fuerte que se había sentido, pensé que éste había roto el segmento central en las zonas de las costas de Valparaíso y que estábamos frente a un sismo como el de 1730 que afectó la zona central del país. También imaginé que había roto la calma sísmica en Concepción –Constitución. Cuando empezó el terremoto me preocupé de medir cuánto había durado. Las placas tectónicas rompen en promedio 3 kilómetros por segundo, se puede saber más o menos la longitud del área de ruptura conociendo el tiempo que dura el sismo. Yo medí más de un minuto y claramente el terremoto era muy grande.
- ¿La reacción de las autoridades fue la adecuada?
- Cuando son tsunamis generados por campos cercanos y las ondas llegan en escasos minutos a la costa, objetivamente la educación de la gente hace la diferencia. Si no está educada en este tipo de fenómenos puede tomar decisiones equivocadas. 156 víctimas es una cifra mínima si se le compara con el tamaño de la catástrofe. Nunca dudé que había un tsunami y lamento la situación. Se puso a prueba un sistema de alerta temprana y claramente nos dimos cuenta que ésta debía ser mejorada y optimizada.
- ¿Hoy estamos más preparados para enfrentar una catástrofe?
- Se avanza lento, pero seguro. Tenemos un monitoreo a nivel del mar que, comparado con el que existía el 27 de febrero, es mucho mejor. Nuestros mareógrafos en las costas del país permiten conocer el nivel del mar cada un minuto y en la fecha del terremoto pasado era en un lapso de una hora. A eso se suma que la red sismológica se está potenciando.
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CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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