Late fuerte el primer corazón mecánico
Empresa de EE.UU. venderá el aparato implantable artificialWASHINGTON (Por Lawrence K. Altman, de “The New York Times”).— La Administración de los Fármacos y los Alimentos otorgó el lunes pasado una aprobación limitada a una compañía de Massachusetts, para vender el primer corazón implantable completamente artificial, un aparato que permitirá a los pacientes moverse con mayor libertad durante más de dos horas por momentos determinados.
La aprobación se dio a pesar de que el aparato, del tamaño aproximado de una toronja, fue implantado en apenas 14 pacientes de cuatro hospitales de 2001 a 2004. De todas esas personas, hombres que aceptaron recibir el corazón mecánico como parte de un experimento, han muerto. Dos fallecieron de complicaciones derivadas de la operación para el implante. Otro más nunca recuperó la conciencia y el resto sobrevivió un promedio de cinco meses. El que más vivió lo hizo 512 días, cuando el corazón mecánico falló.
A pesar de todo esto, la agencia FDA dio a la compañía, la Abiomed Inc. de Danvers, Massachusetts, una excepción humanitaria que le permitirá vender más de 4,000 de esos aparatos al año.
Una vocera de la FDA, iniciales de la agencia en inglés, señaló que la cifra podría ser en realidad más pequeña, quizá de 25 a 50, debido en parte a que pocos son los pacientes que reunen las características necesarias para ser elegibles. El aparato tiene un precio de 250,000 dólares (más de 2'500,000 pesos) y no está claro si las compañías aseguradoras lo cubrirían.
“Este aparato representa un considerable avance en lo que a la tecnología artificial del corazón se refiere”, opinó el doctor Daniel Schultz, funcionario de la FDA. La aprobación limitada fue emitida después de décadas de investigación financiadas por el Instituto Nacional del Corazón, Pulmones y Sangre, para desarrollar un corazón artificial completamente implantable. Los primeros aparatos de este tipo eran mucho más grandes, y estaban diseñados para servir de puente para mantener con vida al paciente mientras se le completaba un trasplante de corazón. Uno de ellos, el corazón Jarvik, implantado por primera ocasión por el doctor Barney Clark en la Universidad de Utah en 1982, necesitaba que el paciente estuviera conectado permanentemente a una consola de control enorme.
El nuevo corazón Abiomed esta hecho de titanio y plástico, y sólo puede usarse en pacientes que estén al borde de la muerte por el mal funcionamiento de las principales cámaras de bombeo del corazón natural. Sólo se puede colocar en personas mayores de 18 años de edad que no son elegibles para un transplante y cuya expectativa de vida es de un mes.
El corazón enfermo tiene que ser extirpado para poder colocar el mecánico, que tiene un peso de 900 gramos. Una vez implantado, una bobina transfiere poder a través de la piel y recarga al aparato desde fuera. Una batería interna y un controlador del ritmo cardíaco se implantan en el abdomen.
La batería permite al paciente no depender de las conexiones externas durante poco más de una hora. Dos baterías externas permiten el movimiento libre durante más de dos horas. Un punto en contra es que el tamaño del aparato limita su uso a hombres y mujeres con una cavidad torácica relativamente grande.
El paciente que sobrevivió más tiempo, Tom Christerson, de 69 años de edad, sobrevivió casi 17 meses después de que le implantaron el corazón mecánico en el Hospital Judío de Louisville en septiembre de 2001.
“Tuvo altas y bajas, pero fueron más altas”, recordó la viuda de Christerson, Ouida, en una entrevista. “Uno sabe desde un principio que hay cosas buenas y malas. Y no habría vivido tanto sin el nuevo corazón, lo que le permitió conocer a su primer bisnieto”.