No hay nada más reconfortante para afrontar esos días grises de otoño que un nutritivo desayuno que nos ayude a superar la jornada con energía y buen humor.
Los días son más cortos, llega el frío, los primeros constipados y cuesta levantarse para hacer frente a una dura jornada. Claro que el otoño tiene su encanto pero, en esta época del año,
es bastante frecuente sentirse algo melancólica o con el ánimo decaído.
Empezar el día con un "triste" café, mientras miras por la ventana cómo llueve, no ayuda en absoluto. Aunque no estés acostumbrada y al principio te resulte extraño, prueba a tomar un buen
desayuno que incluya
fruta, lácteos e hidratos de carbono y, en muy poco tiempo, notarás el cambio.
Está comprobado que el
desayuno es una de las comidas más importantes del día. Debería aportarnos, como mínimo,
el 25% de la energía que necesitaremos durante toda la jornada, especialmente en otoño e
invierno teniendo en cuenta que, en esta época, nuestra actividad más intensa se realiza por las mañanas. Necesitamos "cargar pilas" para evitar el decaimiento y no llegar al almuerzo desfallecidas.
No debes temer por tu silueta. Un
desayuno sano y equilibrado aportará energía y no un exceso de
calorías, una energía que, además, quemarás a las pocas horas. Por otra parte, un aporte extra de vitaminas y minerales contribuirá a proteger tu sistema inmunológico frente a gripes y catarros y por si todas estas ventajas fueran pocas, será un excelente aliado de
belleza porque recuerda que también tu piel necesita protección frente a los cambios de temperatura.
Despierta con energía
Psicológicamente, ese momento "terrible" de sacar los pies de la cama te resultará mucho más llevadero si sabes que la primera actividad que te espera es algo tan agradable como un buen
desayuno.
Tómate tu tiempo. Merece la pena renunciar a diez minutos de sueño para disfrutar de la primera comida del día con tranquilidad y sin agobios (no salgas de
casa con el estrés "ya puesto"). Así tu jornada comenzará de la mejor manera posible y la afrontarás relajada y llena de energía.
Leche o derivados lácteos,
cereales,
miel,
aceite de oliva, pan, galletas y, por supuesto, fruta son algunos
alimentos que puedes combinar, según tus preferencias, para hacer tu
desayuno favorito.
Tardarás sólo unos minutos en prepararlo y te enfrentarás a cualquier nuevo reto con buena cara y con una imprescindible dosis de optimismo.
Todo lo dicho es también aplicable a los más pequeños de la
casa. A ellos el "síndrome" otoñal también puede afectarles y es muy importante que vayan al cole contentos y repletos de energía.
Algunas sugerencias
Todas estas opciones incluyen los tres elementos básicos de un buen
desayuno: leche o derivados, hidratos de carbono y fruta fresca.
1. Un vaso de leche con
cereales (puedes elegirlos integrales) + un zumo natural de naranja o pomelo. Mínimas
calorías y todas las vitaminas de los cítricos. El pomelo, además, actuará como excelente depurativo para tu organismo.
2. Una infusión (té, manzanilla, tila, poleo, etc) o un café con leche + una tostada o biscote con queso fresco y, por ejemplo,
miel o membrillo + dos ciruelas. Calcio, fibra y energía.
3. Un buen batido natural añadiendo a la leche por ejemplo: plátano, papaya, melocotón, fresas… ( a los niños les encantará) + dos galletas integrales.
4. Un
yogur natural que puedes enriquecer con trozos de fruta variada (en otoño aprovecha para tomar frutas rojas como moras o
arándanos), con
frutos secos bien picaditos (almendras, avellanas,
castañas) o con los
cereales que más te gusten + una infusión o café.
5. Un tazón de leche con cacao (pura energía) o un vaso de leche con
miel (estupendo en caso de catarros e
irritación de garganta) + una tostada con
aceite de oliva virgen + una pieza de fruta.
6. Un café con leche + un tradicional "pan tumaca" (tostada en la que se extiende la pulpa del tomate,
aceite de oliva y una loncha de jamón serrano) + una fruta. ¡Levanta el espíritu!