El comercio sexual en la era 2.0
Posted: 14 Mar 2008 11:45 AM CDT
Un artículo en Wired, "Johns Help Each Other Find the Right Internet Sex Provider" pone de manifiesto una aplicación cuando menos "curiosa" de la llamada web 2.0: su uso para evaluar servicios de los denominados eufemísticamente "de compañía" o de "masajes", en realidad pura y dura prostitución. Con el escándalo del fiscal Eliot Spitzer en los Estados Unidos, que pasó de feroz perseguidor de la prostitución a usuario ávido y además derrochador de la misma, este tipo de sitios se han convertido en centro de atención de muchos, que los califican como de auténticas Sodoma y Gomorra en la red: lugares completamente al margen de todo lo referente a "moral y buenas costumbres". Los servicios de este tipo no sólo se anuncian con total tranquilidad en sus páginas propias, sino que aparecen además otras páginas destinadas a que los clientes de los mismos puedan evaluar a las profesionales y hacer comentarios sobre sus características y servicios, en el más genuino estilo participativo de la web 2.0, y con un claro modelo de negocio detrás.
Sitios como The Erotic Review, My Red Book o Big Doggie (todos ellos NSFW) se dedican a ofrecer listados de este tipo de servicios servicios, generando ingresos por dos vías: por un lado, permiten a quienes ofrecen los servicios aparecer reseñados por sus clientes, listarse ellos mismos, o incluso hacer publicidad en sus páginas; y por otro, ofrecen a sus usuarios servicios etiquetados como VIP en los que ver no sólo las características, calificaciones y reviews de los profesionales, que se ofrecen de manera abierta, sino también fotografías e información específica sobre los servicios ofrecidos por cada profesional y sus precios. El primero de los sitios, The Erotic Review, se estima que ha tenido 323.000 visitantes únicos el mes pasado según Compete.com
El uso de la red se adecúa perfectamente a este tipo de actividades: permite a los clientes de estos servicios evitar muchos de los riesgos derivados de la actividad, la posibilidad de atraer a la policia, o el tener que moverse por determinados barrios para obtener los servicios deseados. Además, los usuarios parecen tener perfiles sociodemográficos notablemente más elevados: el precio medio de los servicios ofrecidos oscila entre los $250-$300 por hora, muy superior a lo que suelen cobrar quienes ejercen en la calle.
Web 2.0, participación, peer rating systems y sexo. Como mínimo curioso, ¿no?
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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