Mujeres impulsan práctica recreativa del full contact
Cada día son más las personas interesadas en practicar esta disciplina marcial que llegó a Chile a mediados de los 80.
Por Axel Christiansen
08/11/2008 - 11:21
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Durante años la imagen de las escuelas de artes marciales no era muy distinta a la que podía verse en las clásicas películas de peleas: lugares silenciosos, con alta concentración y un maestro estricto que alentaba la perfección de sus alumnos.
Hoy parte de esa fama ha cambiado desde la irrupción del aerobox, el primer esfuerzo por transformar un deporte violento como el boxeo en una actividad recreativa.
La última disciplina en adaptarse a esta tendencia es el full contact, estilo que combina elementos del kickboxing y el boxeo tailandés, pero que lejos de poner a combatir a las personas hoy sirve de gran alternativa para quienes buscan un ejercicio completo y que salga de la rutina.
Un ataque a los sentidos.
La Academia de los Hermanos Martínez abrió sus puertas en 1982, cuando la práctica de las artes marciales era considerada "oscura" y violenta. Concebido como un dojo de Taek-Kwon-Do, disciplina practicada por Hernán y Javier, el recinto dio el paso definitivo hacia el full contact en 1987.
Pero no fue hasta los 90 cuando la academia tomó el rumbo actual. "Nos dimos cuenta de que con el aerobox mucha gente se puso los guantes y comenzó a pegar no sólo como defensa, sino también porque era un ejercicio completo", dice Javier Martínez.
La llegada del público femenino sin duda marcó un cambio. "Las mujeres buscan esta actividad porque no es focalizada y ejercita todo el cuerpo. No desarrollan musculatura que puede verse poco estética".
Además, indica Javier, el gimnasio fue pionero en incorporar música tecno e incienso en la clase, métodos que parecen poco ortodoxos al entrenar, pero que logran mantener estimulados los sentidos del practicante. "No nos interesa que los movimientos sean perfectos, sino que la persona llegue, se descargue y haga ejercicio".
Más allá de la baja de peso -que en una hora de entrenamiento puede llegar a quemar entre 800 y mil calorías- Javier explica que no hay que dejar de lado el hecho de que se trata de un arte marcial. "Se aprenden valores como constancia, disciplina y técnicas para defenderse, pero lo más importante es llegar a un lugar donde desestresarse y olvidarse por una hora de los tacos, el trabajo o el estudio".
Por esto, dice que es una actividad abierta para todo público, aun si no ha practicado algún arte marcial. Incluso han tenido alumnos mayores de 80 años, cuenta Javier.
"El límite es a partir de los 15 años, por un tema de seguridad y porque a esa edad ya pueden decidir por sí solos si quieren venir o no, ya que la constancia para lograr el objetivo es esencial".