Uno de los problemas más graves de las personas diabéticas que se tratan con insulina es el descenso de sus niveles de glucosa por la noche, lo cual se conoce como hipoglucemia. Al estar dormidos, estos pacientes no se dan cuenta del hecho y, al no tomar ninguna medida, una fuerte disminución de la glucemia deriva en convulsiones, coma e incluso la muerte. Para evitar estos desenlaces, investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.) desarrollaron un dispositivo que predice cuándo va a ocurrir una bajada de azúcar y la corrige.
Cuando la glucosa desciende mucho, debido a una actividad intensa o a un exceso de insulina, suele aparecer sudoración, sensación de hambre y cansancio o mareo. La ingesta de algo dulce suele ser la solución, si el diabético se da cuenta. Pero no siempre ocurre esto.
Ignacio Conget, de la Unidad de Diabetes del Servicio de Endocrinología del IDIBAPS-Hospital Clinic de Barcelona afirma que los síntomas típicos de este descenso de azúcar van cambiando a medida que se van produciendo hipoglucemias. Entonces, "se puede generar una confusión que llega hasta causar agresividad. Esto se debe a que el sistema nervioso reacciona como si le faltara oxígeno. Es uno de los problemas más importantes que tenemos en la diabetes", asegura Conget.
Los investigadores de la Universidad de Stanford han dado un paso más a los sistemas actuales para medir y controlar la glucemia. Ellos han unido un sensor de glucosa, que se coloca bajo la piel, a la bomba de insulina y ambos se conectan por Wifi a una computadora.
El dispositivo fue probado en 45 personas con diabetes tipo 1, que durmieron unas 42 noches con él, en un estudio cuyos datos publica la revista Diabetes Care. Los datos mostraron que la infusión de insulina fue parada al menos una vez en el 76% de las noches y la duración media de estas desconexiones fue de 71 minutos.
Sin embargo, el dispositivo, que está en fase de estudio y sin comercializar, puede tener alguna limitación. "No es perfecto, porque no detectó todas las hipoglucemias", indica Lucrecia Herranz, especialista de Endocrinología y Nutrición en la Unidad de Diabetes del hospital madrileño La Paz, que insiste en la importancia de la educación al paciente. No obstante, Conget también declara que "la educación es importante pero en algunos casos estas hipoglucemias no se pueden evitar". Otra limitación del equipo podría ser su precio, que todavía no se ha estipulado.
Como concluye, Conget, "esto es lo más parecido a un páncreas artificial. Con él se conseguiría una situación ideal: que los diabéticos se desentendieran del control del azúcar".