El teórico de la evolución de la London School of Economics, Oliver Curry, espera que genere una clase alta genética y una clase baja poco inteligente.
El investigador predice, además, que la raza humana llegará a su cenit en el año 3.000, antes de declinar debido a la dependencia tecnológica.
Los humanos se volverán más selectivos sexualmente al elegir pareja, provocando que la especie se divida en subespecies, asegura el Dr. Curry.
Los descendientes de la clase alta genética serán altos, delgados, sanos, atractivos, inteligentes y creativos, muy distintos a la subclase humana que será tonta, fea y se parecerá a los duendes.
El resultado lógico es la creación de especies humanas "esbeltas" y "chatas", similar a los Eloi y los Morlocks en el mundo que creó H.G. Wells en su novela de 1895 "La Máquina del Tiempo".
Buenas noticias
Pero en el futuro cercano, dentro de 1.000 años, los humanos se convertirán en gigantes de más de dos metros de alto mientras que la expectativa de vida aumentará a 120 años, afirma el doctor.
Según él, la apariencia física, marcada por la salud, la juventud y la fertilidad, mejorará. Los hombres desarrollarán facciones faciales simétricas, tendrán aspecto atlético y mandíbulas más cuadradas, junto con voces más profundas y penes más grandes.
Las mujeres, por otro lado, tendrán una piel más clara, suave y sin pelo, grandes ojos claros, cabello brillante, pechos más pronunciados y facciones más simétricas.
En general, las diferencias raciales se anularán por la mezcla de razas, produciendo una raza uniforme de personas de tonos café.
Cuentas pendientes
Sin embargo, el Dr. Curry advierte que dentro de 10.000 años los humanos pagarán un precio genético por depender de la tecnología.
Acostumbrados a artilugios que sacian cualquier necesidad, los humanos podrían terminar pareciéndose a animales domésticos.
Podrían perderse aptitudes sociales como comunicarse e interactuar con otros, junto con emociones como enamorarse, sentir simpatía, confianza y respeto. La gente se volvería cada vez más incapaz de preocuparse por los demás y trabajar en equipo.
Físicamente comenzarían a parecer más juveniles, con barbillas contraídas por tener que masticar menos al consumir comida procesada.
También habría más problemas de salud debido a la dependencia en la medicina, debilitando los sistemas inmunológicos. La prevención de muertes ayudaría a preservar los defectos genéticos que provocan cáncer.
Según el Dr. Curry, "mientras la ciencia y la tecnología tienen el potencial de crear un hábitat ideal para la humanidad en el próximo milenio, existe la posibilidad de una monumental resaca genética durante el siguiente milenio por ser demasiado dependientes en la tecnología, reduciendo nuestra capacidad para luchar contra las enfermedades o nuestra habilidad evolutiva de llevarnos bien con los demás".
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