Urgen a regular destino de embriones
Especial
Ningún organismo público regula el fin que tienen después de ser congelados, cuando ya no son necesarios para las fecundaciones in vitro para las que serían destinados.
Pueden ser desechados, donados, utilizados en investigaciones y hasta comercializados clandestinamente sin que nadie se percate.
Su manejo queda en manos de la ética profesional del doctor que unió a los gametos (óvulo y espermatozoide), así como de su equipo de trabajo en el proceso en el que participan químicos y biólogos.
A mediados del año pasado, el ahora secretario de Salud federal, José Ángel Córdova Villalobos, presentó una iniciativa de ley junto a su entonces homóloga, Maki Esther Ortiz Domínguez, diputada federal de la legislatura anterior.
El documento, refiriéndose a la Ley General de Salud, señala: “El vacío de la ley ha propiciado la crioconservación de miles de embriones sobrantes de los métodos de reproducción asistida, la investigación y destrucción de humanos creados por transferencia nuclear y experimentos con humanos en animales, actos que implican una grave trasgresión a los derechos humanos…”.
En diciembre de 2004, Rafael García Tinajero Pérez, entonces secretario de la Comisión de Salud del Congreso federal, había presentado otra iniciativa “ante la falta de una normatividad en las técnicas de reproducción asistida y la existencia de centros que ofrecen el servicio sin control alguno”.
En ella, aseguró que en aquel entonces se estimaba que existían unos mil embriones congelados en todo el País.
Opinan expertos
Erick Okhuysen, biólogo que ha trabajado casi seis años para cinco diferentes clínicas de reproducción asistida y actualmente labora en el Hospital Aranda de la Parra con el doctor Mendoza, aseguró que casi todos sus procedimientos son inmediatos, porque se evita tener embriones congelados. Calculó que entre el 30 y el 40 por ciento de las parejas se les congelan embriones.
El doctor Joel Manrique Moreno, director general de Protección Contra Riesgos Sanitarios de la Secretaría de Salud, negó que en Guanajuato se realizaran procedimientos de fecundación in vitro con más de un embrión a la vez.
“Con fecha 15 de marzo, la tendencia en varias partes del mundo, en Latinoamérica, México y concretamente en el estado de Guanajuato, consiste en ya no hacer fecundaciones múltiples de óvulos sino fecundaciones únicas porque la naturaleza humana generalmente es embarazos únicos, embarazos múltiple es más raro…”, aseguró.
Y agregó una serie de complicaciones de salud causadas por los embarazos múltiples.
Marco Antonio Vargas, biólogo doctorado en Ciencias Médicas que trabaja desde hace casi una década en reproducción asistida, difirió, entrevistado por separado “Siempre se recomienda transferir de tres a cuatro embriones… Las leyes europeas indican solamente tres embriones, nosotros aumentamos uno dependiendo de la paciente, en ocasiones menos todavía si son pacientes jóvenes que su problema no sea tan grave”, dijo.
Y adhirió que en México no hay mucha legislación “ni en qué hacer, ni cómo hacerlo, ni quiénes lo tienen qué hacer, porque hay veces que hay médicos que aunque son ginecólogos no tienen la capacitación en biología de la reproducción y no tienen resultados”.
Según su experiencia, la mayoría de las parejas regresan por sus embriones, pero hay quienes no lo hacen.
Manrique Moreno explicó que la Secretaría regula lo referente a expedientes clínicos, anestesiología, infraestructura de las clínicas y sus residuos biológicos, pero no interviene en los procedimientos.
“La regulación es en general. Es imposible que 106 personas en el estado de Guanajuato, que tienen la responsabilidad de vigilar a 155 mil giras y usuarios al año, es imposible que estés en todos los actos médicos y quirúrgicos”, dijo el funcionario.
Lo demás, afirmó, queda en los principios fundamentales de bioética de cada centro que son: la defensa de la vida, el respeto a la libertad del individuo y la verdad científica.
Y aceptó que falta una legislación más específica sobre el rubro.
“Estamos esperando todavía que los órganos legislativos avancen también en materia de leyes que orienten el quehacer médico, seguimos en el mismo tenor, seguimos esperando”, reconoció.
Y recomendó a quienes se quieran someter a un procedimiento de este tipo a revisar su certificación, así como el título profesional del médico encargado.
La iniciativa propuesta por Córdoba Villalobos tiene como fin que el concepto de embrión sea de aplicación general en la Ley General de Salud y no se circunscriba únicamente al título XIV relativo a la donación, transplantes y pérdida de la vida. Por lo que lo amplía incluyendo las diversas formas mediante las cuales la biotecnología hace posible la creación de un embrión humano como la fecundación in vitro.
También propone la prohibición para la investigación en embriones humanos, salvo aquella que tenga una clara finalidad terapéutica para el mismo y no le implique daño alguno.
Pero según Éctor Jaime Ramírez Barba, presidente de la Comisión de Salud en la Cámara de Diputados, se fusionará con algunas otras y su dictamen saldrá dentro de uno o dos meses. De ser aprobadas por el Pleno, por el Senado y por el Poder Ejecutivo, se publicaría en el Diario Oficial dentro de al menos un año y medio.
Tiene sistema una década en la entidad
En Guanajuato el procedimiento de fecundación in vitro se practica desde hace cerca de 10 años.
Actualmente existen cinco centros de fertilidad asistida: Imer, Clínica Vida, Pronacer y Nuevo Ser, ubicadas en León y Médica Fértil, en Celaya.
Estos centros utilizan como uno de los últimos recursos para la pareja con problemas de reproducción, la fecundación in vitro, después de procedimientos como el coito programado y la inseminación artificial.
La fecundación inicia con una estimulación ovárica controlada en donde se medica a la paciente con ciertas hormonas para que desarrolle óvulos, que se capturan en quirófano.
En un laboratorio, biólogos se encargan de que los espermatozoides fecunden a los óvulos, para que los embriones puedan ser transferidos a su útero.
En alrededor de dos semanas se sabe si el procedimiento funcionó.
Se ‘crean’ aproximadamente 20 embriones, para insertar de tres a cuatro por procedimiento y aumentar las probabilidades de éxito, según el doctor Sergio Mendoza Hurtado, dueño del instituto Nuevo Ser.
Los que no son utilizados inmediatamente se congelan hasta por cinco años, por si el procedimiento fracasó, evitar realizar todo el tratamiento otra vez o incluso si el embarazo se logra y la paciente desea tener otro bebé.
Según el doctor Sergio Mendoza, 20% de las pacientes que se someten a la fecundación in vitro con éxito tienen embarazos múltiples, aunque el porcentaje de éxito en una fecundación in vitro es de apenas 35%.
“Si la paciente se queda embarazada el problema es que regrese contigo para que se le haga la transferencia de los embriones congelados”, explicó.
Pero, ¿Qué fin tienen los embriones que no son utilizados?
“Hasta ahorita aquí no ha habido la necesidad de tener que desechar. Lo normal es dejarlos durante cinco años, muchas veces en esos años ya se llegó a la solución de que sí quieren volver a utilizarlos.
A final de cuentas la pareja son los dueños de sus embriones, si ellos ya no los quieren pues se les entregan a sabiendas de que a la hora que tú se los des no tienen las condiciones adecuadas para que se puedan seguir conservando y se mueren”, dijo Mendoza Hurtado.
Tienen gemelos de probeta
“Felicidad, realización, agradecimiento… Son un milagro en toda la extensión de la palabra porque suplicábamos por uno, llegan dos, llegan completos, llegan sanos y hasta bonitos, llega un niño, llega una niña, llegó todo, llegaron risas, grititos, son todo para nosotros”, resumió entre lágrimas Erandy Escobar su alegría de ser mamá.
Ella y Guillermo Abogado Amescua, su esposo, intentaron concebir por más de 10 años sin rendirse.
Pasaron por todos los métodos con diferentes especialistas.
Desde la estimulación, dos inseminaciones y la fecundación in vitro, la cual intentaron ocho veces.
En cada fecundación, a Erandy le insertaban entre tres y cuatro embriones, con la esperanza de que uno diera resultado.
Los fantasmas de culpabilidad, el miedo y la inseguridad fueron sus acompañantes en cada proceso fallido, pero el apoyo mutuo los sacaba adelante para decidir volver a intentarlo.
“Es desgastante emocionalmente, uno cree que está solo, pero con el tiempo se da cuenta que hay mucha gente igual que tú… más o menos un diez por ciento de las parejas tienen problemas al querer embarazarse”, dijo Guillermo, sentado junto a su esposa.
Además de importantes sumas de dinero, ya que cada procedimiento cuesta alrededor de 70 mil pesos, a Erandy, sus bebés le costaron una parálisis facial.
Pero por fin, hace dos años, en marzo del 2005, escucharon de la boca del Doctor Ernesto Gallardo, las palabras que anhelaron oír toda una década ‘felicidades, está embarazada’
A él y a todo su equipo de especialistas de la Clínica Imer, la pareja asegura que debe la vida de sus hijos.
Los últimos días de embarazo, los Abogado dormían con un ultrasonido junto a la cama, el cual aprendieron a usar para ver a sus bebitos cada que querían.
El siete de octubre del 2005 pasaron de ser una pareja a formar una familia.
Alejandro y Mariana, de ahora un año y medio, condensan su amor y su alegría.
“De legislación no sé ni me importa… si tuviéramos embriones con mucho gusto los donaba, imagínate una familia de los dos estériles”, comentó Guillermo.
Y su esposa coincidió: “No hay legislación sobre eso y que no haya, que en tu conciencia quede, en tu libertad, si los donas, los desechas o los utilizas… las leyes pueden ser muy pensantes pero no sentidas porque ellos no han pasado por esto”; .mas noticias en :
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