mirada crítica: Adiós a la República

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Adiós a la República

(Publicado : 2/4/2007, 5:0 horas)

Axel Kaiser

		El gasto público crece, el Estado crece, los privilegios crecen y la economía se ahoga. De la derecha tampoco se puede esperar demasiado Cuando don Jorge Alessandri asumió la Presidencia de la República en1958, convidó a sus familiares a una comida en La Moneda. Llegado el día de la reunión les dijo: “ Esta va a ser la primera y última vez que ustedes van a venir a La Moneda”. Así de simple. El presidente estaba ahí para servir a su pueblo y no para beneficio propio. Alessandri era una persona sobria, a quien la idea enriquecerse en el servicio público resultaba repulsiva. En pocas palabras era un republicano a carta cabal. Así es, porque la idea de República implica por definición el ejercicio del poder en beneficio de la mayoría ciudadana. Su origen se remonta al siglo V antes de Cristo, cuando los ciudadanos romanos se rebelaron en contra de la monarquía de Tarquino el Soberbio reclamando un cambio de régimen en que el ejercicio del poder se vinculara a la población tanto desde el punto de vista de su legitimidad como el de sus fines. La historia de los últimos siglos se encuentra plagada de revoluciones inspiradas en esta idea. La revolución francesa es una de ellas. En la Francia de Luis XVI el 75% de los ingresos del Estado se despilfarraba en gastos de corte. Mientras tanto la burguesía y los campesinos sostenían la carga viendo a su elite darse una farra tras otra. Hasta que el país reventó. En Chile ningún concepto puede encontrarse más pisoteado actualmente que el de República. La idea de gobernar representando al resto y en su estricto beneficio -algo que se relaciona directamente con una cierta configuración ética- se ha reducido hoy a ciencia ficción. Lo cierto es que tenemos una verdadera Nobleza de Estado compuesta por parlamentarios, ministros y funcionarios públicos varios. Cada uno con asignaciones millonarias, chóferes, secretarios, beneficios de todo tipo y sueldos que para la realidad nacional son derechamente obscenos. Los senadores sin ir más lejos bordean los 30 mil dólares al mes. Así es, tras la nueva medida de repartirse los ingresos de los designados van a superar los 16 millones de pesos. Mientras tanto el 80% de los chilenos gana menos de 400 mil pesos mensuales. Eso quiere decir que un senador, ministro de estado o diputado gana en un año lo que el 80% de los chilenos no logra obtener con 35 años de trabajo. Un escándalo. Y lo peor es que el sueldo se los pagan todos los chilenos. Esos que hoy día viven la humillación que significa el transporte público y que mandan a sus hijos a un sistema de educación miserable ¿Cuánto tiempo va a resistir esto hasta que la gente voltee la vista hacia nuestra Nobleza de Estado y elite económica.? Mientras tanto el gasto público crece, el Estado crece, los privilegios crecen y la economía se ahoga. De la derecha tampoco se puede esperar demasiado. Porque salvo por no estar en el poder el resto anda bastante bien para ella. Y como los socialistas, felices con la idea de subirse los sueldos en el senado. Una vergüenza. Precisamente debiera dar señales en sentido contrario y rescatar esta idea de República que por lo demás se encuentra en el imaginario colectivo. Ojo: bien articulada esta idea podría ser clave en las próximas presidenciales.

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RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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