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sábado, septiembre 15, 2007

De libros maltratados y peces de colores - Newsletter #335

De libros maltratados y peces de colores - 

De libros maltratados y peces de colores -  Editorial
 
  
Frase de la semana
"El mundo está lleno de caminos, pero todos interceptados."
-Noel Clarasó

En mi biblioteca reina el desorden y hay ejemplares muy enfermos, y otros a los que no he prestado atención desde hace años. Cada seis meses amontono los libros en el suelo y uno a uno voy extrayéndoles el polvo, abriéndolos y cerrándolos en diferentes páginas.

El polvo sale, pero las heridas quedan; hasta parece que hubiera picaduras de pequeños insectos en algunos.

Con culpa, pienso que a ninguna cosa trataría tan mal como a mis libros; ni comparar obviamente con las mascotas, a las que he debido renunciar por falta de tiempo para atender a sus necesidades.

Pero no he renunciado a los libros aunque evidentemente los maltrato.

Llena de remordimiento, este fin de semana me dediqué a ellos y luego de limpiarlos, encontrar con alegría algunos que ya no recordaba y observar sus decadencias, busqué monografías que me indicaran cómo ampararlos y ordenarlos.

Encontré "Encuadernación" recopilado por Josef Millar, de Santa Fe, Argentina, que puede ayudarme mucho.

La cuestión del ordenamiento se vuelve complicadísima cuando hay muchos y de muy diversas categorías. Cuando, además, encuentro libros que ni siquiera recordaba tener, pero que, al mismo tiempo, no son los que "generosamente" donaría. No son desechos, son olvidos imperdonables.

Entre los libros restituidos a mi memoria se encuentran, por ejemplo, Ana Karenina, de León Tolstoi, que me deparó grandes momentos hace años, cuando fui paciente y lo leí  (ver Ana Karenina, enviado por Nikolai Michtchenkov).

Aparecieron dos entrañables y disímiles novelas: Mujercitas, de Louisa May Alcott, y El tambor de hojalata, de Gunter Grass, más actual. Cada una para distintas épocas de mi historia personal.

Para refrescar memorias –y corazones- puede recurrirse a "Aquellas mujercitas, resumen del libro de Louisa May Alcott".

En cuanto a El tambor de hojalata, Manuel Acosta, de Perú, nos envió su trabajo con el mismo título.

Hay también escondida en el polvo de mi biblioteca una recopilación de cartas, narraciones, pequeñas biografías y poemas todos relacionados con el amor, que se titula, como no podría ser de otro modo, El libro del Amor. Las compiladoras son Diane Ackerman y Jeanne Mackin, a quienes no puedo dejar de mencionar porque, aunque no muy conocidas, han hecho un trabajo tan cuidado y de verdad "amoroso" que aparecen allí cartas de amor de la reina Victoria junto a las de Quevedo y Cervantes, más ensayos preciosos o narraciones de las desgraciadas relaciones de Eloísa y Abelardo. Ya se los mostraré en alguna nueva entrada.

Encuentro además un ejemplar de Moby Dick… la ballena blanca, mi ballena. De Herman Menville.

Por Mora Torres. 

(Lo invitamos a continuar leyendo y comentar este artículo en nuestro Blog: "De libros maltratados y peces de colores").

Saludos
Rodrigo González Fernández
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