El proyecto de Ley General de Educación no sólo ilógico y peligroso, es sólo cosmética

El Estado, de cualquier inclinación o color político, siempre será más ineficiente que los privados

El proyecto de Ley General de Educación no sólo ilógico y peligroso. La proposición de ley es sólo cosmética en todo lo que se refiere a educación propiamente tal, y dañina en lo que compete a generación de posibilidades reales para que la educación mejore. Al respecto:

El proyecto establece que la educación no podrá tener fines de lucro, lográndose un grado de estigmatización de la palabra "lucro", sin que nadie advierta que la educación subvencionada, y con fines de lucro, es mejor que la educación municipalizada, como lo prueban los resultados de las pruebas nacionales del propio Ministerio. Con la misma lógica, que la educación no puede tener fines de lucro, se podría aducir que la salud no debe tenerla, puesto que la preservación de la vida es más importante que la educación, por cuanto la precede, y así muchos otros aspectos que la sociedad puede considerar derechos.

Si lo que se pretende es mejorar la educación, se debe comenzar por los colegios municipalizados, ya que, sin lugar a dudas, son los que presentan los peores resultados a nivel nacional, y no intentar eliminar los incentivos para que existan personas que inviertan sus propios recursos (ahorrándoselos al estado) en colegios subvencionados, de mayor calidad, por su mejor gestión y resultados, que aquellos que, desgraciadamente, logran los colegios municipalizados, los que reciben igual cantidad de recursos fiscales que los subvencionados, además de edificios y aportes municipales, sólo que tienen peores resultados.

No cabe ninguna duda que si el Estado intentase administrar los colegios con los mismos dineros que otorga como subvención, simplemente no podría, y se generaría una frondosa y cara burocracia, con resultados de muy mala calidad. El Estado es un pésimo administrador y la historia actual y reciente hace que sea innecesario demostrarlo. En cualquier caso, el Estado, de cualquier inclinación o color político, siempre será más ineficiente que los privados, por cuanto las motivaciones personales y no institucionales son las que logran las grandes cosas que hacen avanzar a la humanidad.

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RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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