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sábado, abril 28, 2007

Blog no apto para furbos, otarios y macaneadores

ESTE ES UN BLOG INTERESANTÍSIMO Y MUY UTIL PARA LOS CHILENOS QUE SUELEN VIAJAR A BUENOS AIRES. HOY CADA DÍA MÁS CHILENOS LO HACEN

Blog no apto para furbos, otarios y macaneadores

  • Matias Zibell
  • 26/04/2007, 04:17 PM

José GobelloComentaba la semana pasada que lo primero que hago al llegar a mi ciudad después de mucho tiempo es reunirme con familiares y amigos.

Lo segundo, en este proceso de readaptación y pertenencia, es recuperar palabras y modismos propios de mi tierra y hablar como si nunca me hubiera ido.

Como hacía 2 años que no venía, busqué en esta ocasión un poco de ayuda extra para refrescar mi dialecto rioplatense: me compré un diccionario de lunfardo y visité la academia que reúne y cobija este lenguaje nacido en prostíbulos, cárceles y conventillos de inmigrantes.

En la segunda edición de su Diccionario Etimológico del Lunfardo, Oscar Conde define este lenguaje como "un repertorio léxico integrado por voces y expresiones de diverso origen utilizadas en alternancia con las del español estándar".

Pero el mismo autor menciona en su prólogo una cita más amigable, menos académica, de José Gobello ("la mayor autoridad en el tema", según Conde): "Ya no llamamos lunfardo al lenguaje frustradamente esotérico de los delincuentes sino al que habla el porteño cuando comienza a entrar en confianza".

Para entrar en confianza nuevamente con mis propias palabras, decidí indagar un poco más y me tomé un tacho hasta la calle Estados Unidos al 1300 donde se encuentra la
Academia Porteña del Lunfardo.

En una vieja casona, que tiene la cara de Carlos Gardel multiplicada en sus puertas y un escudo con el lema "el pueblo agranda el idioma", me esperaba el presidente de la institución, don José Gobello, para chamuyar sobre el origen de esta lengua arrabalera.

"El lunfardo es un producto de la inmigración. En la inmigración arrolladora de fines del siglo XIX, no todos los extranjeros que venían eran letrados, muchos eran analfabetos o semi-analfabetos y trajeros sus idiomas y sus dialectos".

"También vinieron delincuentes que trajeron sus jergas. Esas jergas -que podríamos llamar ladroniles- pasaron muchos términos al lunfardo actual y los demás son productos de los hogares de inmigrantes".

Le comento a Gobello que mi impresión era que el lunfardo provenía exclusivamente de la jerga delictiva, del afano, el aguantadero y el amasijo. ¿Acaso lunfardo no significaba ladrón?

"Lo que pasa es que el primero que lleva el lunfardo a las páginas de un periódico (allá por 1880) fue el periodista Benigno Lugones, que además trabajaba como escribiente en el Departamento de Policía".

"A este muchacho, evidentemente le sorprenden esas palabras que escucha en boca de los delincuentes cuyas declaraciones tiene que tomar y supone que son voces de ladrones, de lunfardos, y en sus artículos le da a este lenguaje el nombre de lunfardo, que es como ponerle el sello de ladrón".

"Pero esas palabras no nacen en la cárcel si no, en todo caso, en el prostíbulo. Es ahí donde se encuentran los jóvenes nativos con los jóvenes inmigrantes. Casi todos los vocablos iniciales tienen una alusión directa al proxenetismo más que a la actividad carcelaria".

En su discurso de ingreso a la Academia Porteña del Lunfardo del 20 de noviembre de 1979, Marcos Augusto Morínigo explica que los proxenetas y sus víctimas, llegados a la sombra de la masa inmigratoria, disputaban a los lunfardos las mismas áreas marginales de aquella Buenos Aires.

"En esta promiscuidad, ambas jergas se amalgamaron al tiempo que se extendía su dominio territorial e invadía los arrabales de la cada día más extensa urbe", sostiene Morínigo.

En un discurso pronunciado ante la misma academia 7 años antes, Arturo Bernguer Carisomo señala que "un día entre los días, el lunfardo cruzó la raya fronteriza del arrabal y ganó las calles y no mucho más tarde las casas 'del centro'".

El puente que permitió este cruce es el mismo que me enseñó a mí, cuando era purrete, que existía un lenguaje paralelo al de los pizarrones de mi colegio. Ese puente fue el tango.

"Que el bacán que te acamala tenga pesos duraderos", dice Celedonio Flores en Mano a Mano. "Cuando rajes los tamangos buscando ese mango que te haga morfar", anticipa Enrique Santos Discépolo en
Yira Yira.

Incluso hoy en día, más versado en lunfardo, hay letras como la de
El Choclo (Carancanfunfa se hizo al mar con tu bandera. Y en un pernó mezcló a París con Puente Alsina. Triste compadre del gavión y de la mina y hasta comadre del bacán y la pebeta) que me resultan tan incomprensibles como la canción mexicana Chilanga Banda de Café Tacuba (Ya chole chango chilango. Que chafa chumba te chutas. No checa andas de tacuche. Y chale con la charola).

Esos tangos -así como el lunfardo- siempre me parecieron territorio del pasado, de una Buenos Aires de cuchilleros y milongas callejeras que ya no existe. Pero al consultar el diccionario de Conde, hallé palabras que yo vi nacer en mi juventud como trucho o fisura al lado de dinosaurios del lunfardo como furbo, rantifuso o macana. ¿Acaso el lunfardo no está muerto?, le pregunté a Gobello.

"Hay dos posiciones frente a este fenómeno lingüístico. La que sostiene la Academia Argentina de Letras: que el lunfardo es una denominación de 500 palabras que aparecieron más o menos mientras duró la inmigración primera que termina en 1914 y que han quedado congeladas. Para esta academia, todo lo demás sería creación popular y no lunfardo".

"Para nosotros, por el contrario, todo lo demás depende y desciende de aquello. Después de esos 500 vocablos la gente siguió creando términos. ¿Qué nombre les damos? ¿Acaso en Francia cuando nace una nueva palabra creada por el pueblo bajo uno no dice que pertenece al argot?".

"Usted ha llegado en un momento preciso, histórico, en que una de esas palabras apareció: motochorro (De moto y chorro, ladrón). Debe tener un mes de vigencia. Y así van naciendo y desapareciendo palabras".

"Tal vez en el futuro los ladrones inventen otra manera de robar que no sea utilizando una moto, mientras tanto le han dado al lunfardo -no porque sean ladrones sino por creación popular- un nuevo vocablo".

Pero motochorro no es una palabra muy bonita para terminar este blog, así que abuso un poco más de la amabilidad de Gobello y le pido su vocablo preferido del lunfardo.

"La palabra pibe me parece muy entrañable. Llegó desde el norte de Italia con la inmigración (pivello) y lo que contribuyó mucho a su difusión fue la película de Charles Chaplin The Kid, que por estos países se tituló El Pibe.

"Es una palabra que despierta afecto porque recuerda el rostro de Jackie Coogan (en el papel del niño en cuestión) en la película y no ha perdido esa connotación. Nadie le dice a otro pibe para insultarlo. Pibe nunca entra en una frase agresiva o despectiva".

"Me pregunta la palabra que más me gusta, es esa", me dice Gobello al tiempo que me da la mano para despedirnos. Y con su respuesta y su apretón de manos doy por terminado este blog y me voy a hacer fiaca, que es de otarios estar laburando en vacaciones.

Pero antes de cerrar les pregunto ¿Cuál es su palabra favorita en su dialecto local?

MÁS EN ESTE INTERESANTÍSOMO BLOG:

http://www.bbc.co.uk/blogs/spanish/2007/04/blog_no_apto_para_furbos_otari.html#more

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